En el estado de Washington, la ley define la violencia doméstica como cualquier acto delictivo perpetrado por un miembro de la familia o del hogar contra otro, lo que incluye la generación de temor de un inminente daño físico o lesiones corporales. Esta amplia definición abarca varios comportamientos abusivos, como la violencia física, el abuso emocional, y hasta el control económico y la negligencia.
Comportamientos incluidos en la violencia doméstica
La violencia doméstica engloba una serie de conductas perjudiciales que pueden tener graves consecuencias para todas las partes involucradas (enlace en inglés). Algunos ejemplos de delitos relacionados son:
Poner en peligro al otro: Cuando alguien pone imprudentemente en peligro la seguridad de otra persona, esto puede considerarse un acto de violencia doméstica.
Coacción: Implica forzar a alguien a realizar algo en contra de su voluntad mediante amenazas o intimidación.
Robo o allanamiento de morada: Se refiere a la entrada ilegal en la propiedad de otra persona con intenciones maliciosas.
Daño a la propiedad: La destrucción de la propiedad de otra persona puede constituir violencia doméstica si se lleva a cabo en el contexto de una relación familiar o doméstica.
Secuestro: La retención ilegal de una persona contra su voluntad es un delito grave asociado con la violencia doméstica.
Obstrucción de la denuncia: Cualquier intento de impedir que alguien denuncie un acto de violencia doméstica se considera un delito que se toma en serio.
Acoso o acoso cibernético: Seguir o acosar a alguien, ya sea en persona o en línea, puede considerarse violencia doméstica si ocurre en el contexto de una relación familiar o doméstica.
En estos casos es fundamental comprender la complejidad de la situación, las posibles consecuencias, y buscar la ayuda adecuada. Si se enfrenta a este tipo de cargos o está involucrado en una situación relacionada con estos delitos, es importante tomar medidas legales adecuadas para proteger sus derechos y su futuro.