El derecho penal estadounidense utiliza con frecuencia la palabra “assault”. La traducción más literal al español podría definir a la palabra como “asalto”, y a modo más genérico como “agresión” o “ataque”.
A cualquier hispano hablante, la palabra inmediatamente le traerá asociación con violencia durante atracos o invasiones armadas, incluso muchos países latinoamericanos utilizan la palabra casi exclusivamente para referirse a ataques con armas, frecuentemente a robos.
Sin embargo, para la ley del estado de Washington la definición es muchísimo más amplia. Específicamente se clasifica a las agresiones en cuatro grados (enlace en inglés).
Primer grado
El más grave de los grados de agresiones. En estos casos el victimario deberá infligir un daño significante. Ejemplos de ello son agresiones con armas, veneno, virus u otras sustancias destructivas que causen gran daño.
Una condena puede incluir un máximo de vida en cárcel y multas de hasta $50.000.
Segundo grado
Este incluye agresiones de cierta gravedad, pero no de tanta gravedad como el primer grado. Los casos de estrangulación o sofocación son ejemplos frecuentes de agresión de segundo grado. Ciertos envenenamientos y uso de armas blancas también pueden entrar en esta categoría. Por armas blancas nos referimos al uso de palos u objetos punzantes, el uso de armas de fuego seguramente entre en el primer grado. Las agresiones que derivan en huesos rotos también entran frecuentemente en este grupo.
Se castiga con de 10 anos de cárcel y $20.000 en multas y se agrava si existió motivación sexual.
Tercer grado
Existe cuando el agresor causó daño corporal a ciertas víctimas o si la agresión se basó en negligencia criminal dependiendo de la lesión. Entre ellas las víctimas se encuentran:
- Policías
- Choferes de autobuses escolares
- Choferes de transporte público
- Bomberos
- Empleados judiciales
- Trabajadores de la salud
Las condenas incluyen un máximo de 5 anos de cárcel y $10.000 en multas.
Cuarto grado
El grado más leve de todos, para agresiones cuya gravedad no llega a encasillarlas en ningún otro grado. Se pena con hasta 364 días de cárcel y es comúnmente la base de acusaciones de violencia doméstica. Puede incluir agarrar a otra persona con fuerza o darle una bofetada.
¿Qué defensa me conviene según el grado?
La mejor defensa contra cargos por agresión (enlace en inglés) suele ser alegar defensa propia, llamada también por muchos códigos penales latinos legítima defensa. Al margen del grado de agresión del que se le acuse. En muchos casos de cargos penales la mejor defensa suele ser negar completamente la acusación, pero cuando de cargos de agresión se trata, aludir defensa propia puede ser una opción mejor. Cuando la defensa niega, la carga probatoria la tiene la fiscalía o querella (en el sistema legal estadounidense no se utilizan estos términos, pero básicamente nos referimos a quién realizó la acusación). Ahora bien, si la parte acusada alega una defensa afirmativa, la carga de la prueba (el deber de probar) la tiene la defensa. Por defensa afirmativa, nos referimos a no simplemente negar que el hecho en cuestión existió, si no a explicar que otros hechos ocurrieron. Una coartada, defensa propia o coacción son ejemplos de defensa afirmativa. Si se incorpora evidencia de que existió defensa propia, entonces la parte acusatoria tendrá ahora que refutarla.
Una gran ventaja que ayuda aun más al argumento de defensa propia es que en Washington se aplica la “Doctrina del Castillo”, por lo tanto, si usted es residente de este estado, tiene permitido defenderse si es atacado y no tiene obligación de evadir el conflicto como ocurre en otros estados.
Sin perjuicio del grado de agresión del que usted pueda ser acusado, la mejor defensa es siempre contratar a un abogado penalista con experiencia y conocimiento de la ley, y tan pronto como usted tome conocimiento de que existen cargos en su contra.